En el modelo educativo vigente en México, los campos formativos son el eje organizador del currículo de la Educación Básica. En el nivel de primaria, estos campos permiten articular los aprendizajes de manera integral, respondiendo a las necesidades cognitivas, sociales, emocionales y culturales de las niñas y los niños.

Cada campo formativo agrupa saberes, habilidades, actitudes y valores, promoviendo un enfoque interdisciplinario y flexible que reconoce la diversidad y el contexto de los estudiantes. Lejos de fragmentar el conocimiento, los campos formativos buscan que los aprendizajes sean significativos, relevantes y útiles para la vida cotidiana.

Los campos formativos en primaria son:

• Lenguajes: Desarrolla la comunicación oral y escrita, la comprensión lectora, la producción de textos y el uso reflexivo del lenguaje en diversas lenguas y contextos.

• Saberes y Pensamiento Científico: Fortalece el pensamiento lógico, crítico y creativo, así como el interés por comprender el mundo natural y social mediante la exploración y la indagación.

• Ética, Naturaleza y Sociedades: Favorece la formación ciudadana, el pensamiento histórico y el compromiso con el bienestar común, la justicia social y el cuidado del entorno.

• Corporalidad: Reconoce al cuerpo como medio de expresión, conocimiento y relación con el entorno, promoviendo la salud, el juego, la motricidad y la identidad.

• Artes y Experiencias Estéticas: Estimula la sensibilidad, la creatividad y la apreciación de distintas manifestaciones artísticas como forma de expresión y comunicación.

• Proyecto de Vida: Integra el desarrollo personal, emocional y social de las niñas y los niños, impulsando el autoconocimiento, la autorregulación y la construcción de metas personales.

Esta organización curricular permite que la escuela sea un espacio donde cada estudiante pueda desarrollarse de manera plena, conectando sus aprendizajes con su contexto, su cultura y su realidad.